miércoles, 14 de septiembre de 2016

La soledad del teatro animal

Venía en el auto pensando si había guardado el fiambre en la heladera o no. Y pensé o imaginé que si lo había dejado afuera, el gato podría tratar de sobornar a la perra, gozarla preguntándole si quería que le diera la feta de queso o la de jamón. La perra desesperada siguiendo con los ojos la feta de fiambre de un lado a otro. Y el gato pasearía con la feta de queso, la usaría de capa, transformándose en supercat, mientras la perra no le sacaría los ojos de encima y serían estrellas de un teatro real e imaginario.