miércoles, 18 de enero de 2017

Mirar gente del subte al tren

Una chica baja por las escaleras mecánicas del subte. Necesita apoyar sus dedos en la baranda de goma pegajosa como si de otra forma perdiera el equilibrio. 
En el andén un chico de unos seis años con guardapolvo blanco, sentado en el banco, mueve los pies, da saltos, habla con la mamá, le pide algo, acerca la cara hasta casi pegarla a la de su mamá.
En la salida del subte, ya en Retiro, cinco adolescentes bajan con bolsos y mochilas, uno silba algo que me parece una canción de misa (en la arena...he dejado mi barca...).
Un vagabundo, sentado en el piso, apoya la espalda contra la pared, tiene los dos pies vendados, más arriba de las rodillas, tiene muchas vendas, tapados los dedos de los pies parecen yesos.
Cerca de la boletería una chica con celular parece preguntarme algo con los ojos pero no alcanzo a decirle nada a su boca.
Miró a mi derecha una mujer de unos treinta años llena de granos, o manchas que parecen granos, rojas, grandes, como pecas. 
Al vagón de tren llega un flaco respirando fuerte por la boca, agitado, exagera el movimiento de la boca, cuello, cabeza, descarga fuerza en cada exhalación y treinta segundos después ya se calma y con la mirada perdida revisa el celular cuando escucha un ruido y se distrae.
Una chica con la punta de sus dedos pulgar y mayor se toca los labios, la punta o el borde de los labios inferior y superior. Después con poca convicción intenta comerse una uña. Juega con la mano izquierda, con el pelo, lo enrolla. Está parada, sostiene la bicicleta. Ahora se toca con los mismos dedos la encía. 
El chico agitado se baja, la chica no deja de jugar con sus manos, entrelaza los dedos. Vuelve a juntar, ahora pulgar e índice y se toca el labio inferior, como si quisiera despellejarse la piel muerta que no veo. Mira sus dedos cada vez que deja de tocarse los labios. Colgado del manubrio hay un casco negro que parece de guerra. 
Llega un hombre con una bicicleta verde. Tiene un corte de pelo como Fito Páez, corto abajo y los rulos arriba que caen para cualquier lado. Podría ser también algún Patiño.