viernes, 16 de diciembre de 2016

Primera cábala

Yo creí que no creía en las cábalas pero desde hoy, o ayer mejor dicho, instauré una. River ganó 4-3 la final de la Copa Argentina (que da la posibilidad de jugar la Copa Libertadores 2017) contra Rosario Central en un partido muy raro, polémico, cambiante, parecido al superclásico de la semana pasada que perdimos. Empezamos ganando, nos lo dieron vuelta, empatamos, volvemos a quedar abajo hasta que el gran maestro Gallardo movió las piezas y y nos cerró la boca a todos cuando metió a Alonso y Mora y sacó a Martínez y D'Alessandro (como había hecho en el partido contra Boca y tan criticado había sido) y en dos minutos el partido cambió, empatamos y pasamos a ganarlo. Tan buen resultado dio que hasta Coudet quiso imitarlo con el mismo tipo de cambio: delantero por enganche. Lo que vio Gallardo en el segundo tiempo fue que la cancha, en un estado horrible, estaba imposible para jugar por abajo y por eso ya no tenía mucho sentido la presencia de gente que tocara por abajo. Pero la cuestión es que por primera vez vi el partido envuelto con nueva camiseta de River. Así que a partir de ahora estoy obligado a tenerla cerca, a mano, cada vez que juguemos, o por lo menos en las finales.